Pintor con la boca

Mi nombre es Luis Rogelio Fontes Molina.
Nací el 14 de agosto de 1988 en la ciudad de Chihuahua, Chihuahua, México.
Soy el menor de 7 hermanos y hoy en día, padre de una hermosa niña de 9 años.

Cuando yo tenía 3 años de edad, mis padres decidieron cambiar de residencia a la ciudad de Los Mochis, Sinaloa. A los 5 años de edad mi padre decidió tener otra familia, quedando mi madre sola y aun así nos sacó adelante.

En el año 2010 lamentablemente mi madre falleció a causa de un paro cardiaco.

Fui un hombre con una vida normal, estudié hasta primero de bachillerato. En el año 2008 cuando yo tenía 19 años, sufrí una fractura en la columna vertebral y lesión medular a nivel 4-6 afectándome el movimiento y la sensibilidad de brazos y piernas a causa de un clavado en un río. De ahí mi vida dio un giro completamente, afectándonos a mi familia y a mí; desde entonces empecé a asistir a centros de rehabilitación física, lo que me permitió recuperarme un poco para poder salir a la calle en una silla de ruedas.

Formé un matrimonio en el año 2005, mi esposa me apoyó cuando tuve el accidente, sin embargo, nos separamos en el año 2013. Desde entonces quedé al cuidado de mis 2 hermanas, que son las que me atienden y me ayudan económicamente, dependiendo de sus esposos, me ayudan con lo que se puede y en ocasiones no alcanza para los gastos que se requieren, siendo las únicas hermanas que viven aquí en Los Mochis.

Después de mi rehabilitación empecé a asistir a la institución de Paso Firme, al taller de pintura llamado Erich Stegmann, a clases de pintura con la boca, gracias a la invitación que me hizo la maestra Lidia de Jesús Cháidez López, pintora con la boca y becaria de la Asociación de Pintores con la Boca y con el Pie; desde entonces la pintura y los amigos que conocí en este lugar han hecho que vea la vida de otra manera, más positiva, mi autoestima subió. Los maestros que me empezaron a dar clases son Luis Gilberto Soto Álvarez, pintor con la boca y becario de la APBP, la maestra Martha González Encinas y posteriormente la maestra Lidia de Jesús Cháidez, quienes son excelentes y siempre estaré agradecido con ellos.

Ahora me he dado cuenta de que a mí ya me llamaba la atención la pintura y el dibujo, pero nunca lo practiqué, pero ahora que estoy estudiando, me gusta mucho y le estoy echando muchas ganas para llegar a ser un gran artista.

Le doy gracias a mi familia, a la Sra. Brenda Látigo Ruíz y sobre a todo a Dios por apoyarme.

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