- Fecha de nacimiento: 07.09.1988
- Lugar de nacimiento: El Salvador
- Becario de la AAPBP desde: 2002
- Tipo de pintura: Pintor con la boca
Por ser ahora el único artista que pinta con la boca aquí en mi país, mi beca la recibo a través de la sede de la Asociación de Pintores con la Boca y con el Pie en México.
Comparto con ustedes que cuando yo tenía 5 años de edad, en mi país todavía se respiraba un ambiente de conflicto revolucionario. Después de terminada la guerra, el gobierno salvadoreño se dio a la tarea de limpiar el territorio de las minas que estaban dispersas por todos lados; sin embargo, algunas quedaron enterradas.
A esa edad yo iba brincando de un lugar a otro, entre las hierbas y las piedras, de pronto se escucho una fuerte explosión y salí volando por el aire. Estuve inconsciente por 3 días. Al despertar tenía mucho sueño y me dolía todo el cuerpo.
Mi madre al ver que abrí los ojos, lloró de alegría y me abrazó. Yo quise abrazarla también pero cuando lo intenté hacer, me di cuenta de que no tenía brazos ni los pies. Los doctores tuvieron que amputarlos para poder cerrar quirúrgicamente las heridas. Aún a mi corta edad, me di cuenta de la gravedad de mi situación.
Después vino el tiempo de la recuperación, lo cual fue muy doloroso. Cuando por fin mis heridas cicatrizaron, salí del Hospital Bloom camino a casa. Yo veía correr a mis hermanos, escribir, jugar ¡y yo no lo podía hacer!
Así pasaron los meses y en una de nuestras visitas al hospital, le dijeron a mis padres que la UNICEF y el Club Shriners, de El Salvador, estaban interesados en mi caso y que querían ayudar en mi rehabilitación.
Me trasladaron a la Ciudad de México para ver especialistas en ortopedia y estudiar la posibilidad de que me pusieran prótesis. Mi experiencia fue muy agradable, por la amabilidad de las personas que me atendieron. Tanto los doctores como las enfermeras me alentaban a usar las prótesis, cuando mi ánimo decaía, ahí estaban ellos para convencerme de que sí podía yo hacerlo.
Cada movimiento requería de toda mi concentración y mucho esfuerzo. Al cabo de un tiempo, logré familiarizarme con la prótesis y pude regresar a El Salvador.
Mis padres me inscribieron en la escuela; al principio todos mis compañeros me preguntaban que ¿cómo comía? que ¿cómo me bañaba? y así muchas preguntas, hasta que poco a poco fue disminuyendo la curiosidad y mi vida se volvió más o menos normal.
Cuando tenía 10 años, fui a una consulta médica a un hospital y fue en donde me dijeron que al día siguiente irían a El Salvador algunas personas de la Asociación de Pintores con la Boca y con el Pie y que querían conocerme.
La entrevista fue increíble, me explicaron como podía ingresar a la Asociación y me ofrecieron ayuda para que algunos pintores de México me enseñaran a pintar con la boca. ¡Lo cual me pareció un milagro!
Dos meses después, viajé a la Ciudad de México para que me reacondicionaran las prótesis de acuerdo al crecimiento que había tenido. Al llegar me puse en contacto con el señor John Grepe y dos días después, tuve mi primer acercamiento a la pintura. Mis maestros fueron dos magníficas personas: Juan Carlos González y Fernando Téllez, los dos becarios de la Asociación.
Al principio fue difícil coordinar los movimientos de la cabeza, sujetando el pincel con los dientes era algo nuevo y extraño para mí, pero poco a poco lo fue superando.
Cuando regresé a El Salvador semanas más tarde, llevaba conmigo tres valiosísimas cosas: mis nuevas prótesis, mis primeras clases de pintura y un renovado sentido de mi autoestima.
Durante todo el año 2000 trabajé arduamente en familiarizarme con los pinceles, lienzos y pinturas. Fue en el 2001 cuando envié mis trabajos a México para solicitar mi ingreso a la Asociación de Pintores como becario. Y Dios me permitió meses más tarde recibir la carta de aceptación.
Mi vida cambió radicalmente y ahora a través de la pintura expreso mis sentimientos y anhelos.