Mi nombre es Edgar Vázquez Martin del Campo. Nací el 22 de enero de 1974 en la Ciudad de Guadalajara, Jalisco, México.
Soy el tercero de seis hermanos, tres hermanos por parte de mi padre Francisco Javier Vázquez Maldonado y tres por parte de mi madre Martha Martin del Campo Cárdenas, siendo que mis padres se divorciaron cuando yo era chico de edad, mi padre se volvió a casar con Carolina Cota Romero, a los cuatro años de edad me fui a vivir con mi papá, junto con mis dos hermanos más grandes, la separación de mis padres la viví sin dejar de convivir con mi madre, mi niñez en ciertos momentos no fue fácil por la separación de mis padres; sin embargo también viví momentos de felicidad. Una de las etapas más bonitas fue mi niñez, me gustaba jugar deportes el futbol, natación y muchos otros juegos. Mi preparación escolar fue preescolar en la escuela Francisco Silva Romero en la colonia Jardines de la Paz, la primaria la curse en la escuela urbana 210 en la colonia Las Águilas, Zapopan. A los 13 años de edad, mi padre había decidido irnos a radicar a Chihuahua, sólo un año radiqué en Chihuahua donde viví con una tía, cursando el primer año de secundaria, mi padre luego decidió regresar a Guadalajara, ingresé a la secundaria abierta, mi adolescencia en ciertos momentos fue difícil, empecé a andar más con los amigos y descuidé el seguir estudiando, a los 15 años trabajé en un taller de laminado y pintura de autos, empezó a llamarme más la atención trabajar que seguir estudiando.
Después trabajé en una empresa purificadora de agua, después de un tiempo trabajé con un primo en una bodega en el mercado de abastos, mis padres y familiares me aconsejaban que me portara bien que no anduviera en situaciones que pusieran en riesgo mi integridad, pero yo no medía las consecuencias de mis actos.
A los 16 años andaba con los amigos en una serenata y al retirarnos de ahí tuvimos un accidente automovilístico, del cual a pesar del fuerte impacto no hubo mayores consecuencias.
A los 17 años el 24 de marzo de 1991 me fui de paseo con unos amigos y mi primo al lago de Chapala sin permiso de mis padres y ahí fue donde tuve mi accidente, al aventarme de una camioneta al agua, la camioneta estaba casi inundada, subí a la parte trasera de la camioneta entre jugando con mi primo y amigos, me aventé un tipo de clavado y al aventarme me di un golpe en el mentón, al chocar con lo profundo en un bordo de arena y en el impacto sufrí factura de las cervicales C5, lesionándome la médula espinal, al momento quedé sin movilidad en mis extremidades, brazos y piernas, dentro del agua empecé a ahogarme. Se dieron cuenta mi primo y amigos de que no podía moverme e inmediatamente me sacaron del agua, yo les comentaba que no podía moverme y que tenía un dolor muy intenso en mi cuello, me llevaron a la cruz roja y de ahí me trasladaron en ambulancia al hospital civil de Guadalajara, al siguiente día me trasladaron al hospital Beata Margarita en donde me operaron, después me dio neumonía y me trasladaron a terapia intensiva donde me entubaron por varios días, posteriormente salí de la gravedad, no entendía todavía muy bien cómo estaba mi estado físico, hasta que comprendí que había quedado cuadripléjico. Tuve dos operaciones, donde me pusieron dos placas en el cuello y la segunda fue de plastia medular, finalmente me dieron de alta y seguí con rehabilitación asistiendo al Centro Médico, al DIF y en casa. Gracias a Dios y a las atenciones y apoyo de mi familia me fui recuperando a medida de lo posible.
Desde entonces mi vida y la de mis padres cambió en muchos sentidos, yo me dedicaba mucho a rehabilitarme físicamente, tenía la esperanza de recuperar el movimiento, para mis padres y para mí desde entonces la situación económica ha sido difícil, en algún tiempo también la estancia en casa se complicó y tuvimos que irnos a vivir con familiares. Desde entonces empecé a ver la vida de diferente manera, a reflexionar, en algún tiempo quise retomar mis estudios por medio del INEA, solicité los servicios a domicilio, estuvieron asistiendo a darme clases a domicilio porque no tenía los medios para transportarme, después de un tiempo dejaron de ir los del INEA.
Se me presentó la oportunidad de vender ropa a consignación y me animé a vender ropa gracias al apoyo de mi familia, mis clientes eran familiares, amigos y conocidos, después de un tiempo dejé el negocio por ciertas circunstancias
Después tuve la oportunidad de ingresar al Instituto Cultural del Sol en donde estudié un diplomado de diseño gráfico y un curso de Office y mantenimiento de PC al no poder mover mis dedos con la palma de mi mano busqué la manera de mover el mouse claro sin tener la habilidad normal de mi mano, con la ayuda de un amigo y aportación mía me compré una computadora, terminé los estudios y busqué trabajar en el diseño haciendo tarjetas de presentación, logotipos, trípticos etc. Quería trabajar de forma que se adecuara a mis posibilidades siendo desde casa, realicé algunos trabajos esporádicamente.
Entonces conocí a Saúl López Montañéz, becario de APBP en un hospital del IMSS donde coincidimos en una cita médica y me habló de la Asociación de Pintores con la Boca y con el Pie, a Saúl lo considero como un amigo, él me habló de los requisitos y beneficios del ser becario de la Asociación, me enseñó un muestrario de algunas de sus pinturas y me pareció muy difícil para mí poder hacerlo, tenía el deseo de emprender en lo que yo había estudiado, el diseño gráfico, pero no me dio resultado por falta de trabajo.
Pasó el tiempo y me dio una fuerte depresión me sentía desanimado, me enfermé físicamente y estuve en el hospital en una situación delicada gracias a DIOS me recuperé y volví a tener ánimo, fue entonces cuando viendo la TV reconocí a Saúl López en una entrevista y me puse en contacto con él, me invitó a su casa y fue ahí donde me entusiasmé, al ver sus pinturas, me dio la oportunidad de usar su material para enseñarme a pintar con la boca y desde ese momento me decidí a aprender a pintar con la boca, busqué una escuela para tomar clases de pintura, le pedí el apoyo a mi papá y a su esposa, la cual considero que es como una madre para mí, Carolina a quien de cariño le digo Chatita, y un día viendo la TV en el canal C7 Jalisco, vi un anuncio de una escuela de Arte, me llevaron y pedimos informes y me inscribí en la Escuela de Artes Plásticas Artesanías y Oficios Ángel Carranza, conocido como el REFUGIO con la maestra Coffeen artista plástico, a quien admiro, ella me ha apoyado al enseñarme a pintar. Este centro cultural se encuentra en San Pedro Tlaquepaque, Jalisco.
Gracias a Dios y a mi familia, he podido con esfuerzo y paciencia lograr dedicarme a este bonito oficio que es pintar con la boca, siento mucha satisfacción al sentir que puedo salir adelante con este bello oficio y así realizar mi sueño de ser becario de la Asociación de Pintores con Boca y Pie.
La vida tiene sus momentos buenos y difíciles y como oportunidades que aprovechar, he aprendido a ver la vida con mi discapacidad de una manera que sea lo mejor posible y entendiendo el esfuerzo y dedicación de mis padres, esforzándome por ser una mejor persona cada día y encomendándome a DIOS con fe y oración.
Siendo perseverante y esforzándose se pueden lograr muchas cosas DIOS los bendiga Gracias.