Nací el 22 de febrero de 1994 en la clínica del ISSSTE de Los Mochis, Sin., actualmente radico con mi familia en el poblado Gabriel Leyva Solano Guasave, Sin. Fui la segunda de cuatro hijos, mis padres son Angélica María Cota Ibarra y Mercedes Juan Francisco Reyes Carrillo. Nací de parto normal, con un peso aproximado de 2.5 kg.  Al nacer no me detectaron ninguna lesión. Sin embargo a las dos o tres semanas de nacida, me llevaron al médico por presentar opacidad en el ojo izquierdo; me canalizaron a estudios de la vista, sangre, potenciales auditivos y electrocardiograma; así fue como me diagnosticaron secuelas de rubéola congénita. En base a estos estudios, los médicos y mis padres se dieron cuenta que yo presentaba sordera profunda en el oído derecho y sordera media en el oído izquierdo, un soplo funcional, el ojo izquierdo más  pequeño y el virus de la rubéola en la sangre. A los ocho meses de edad me practicaron una operación para quitarme la catarata del ojo izquierdo en el Hospital del Niño en Culiacán, Sin. Transcurridos 6 meses, me volvieron a operar para acabar de erradicar la catarata del ojo izquierdo, adaptándome un lente ocular externo. Y unos meses después, empecé a usar un aparato auditivo en el oído izquierdo. Presenté lento desarrollo psicomotor, caminé hasta el año ocho meses de edad, mi lenguaje es poco claro, no obstante aprendo palabras cortas y me comunico a señas. A los tres años de edad mis padres me llevaron a una escuela especial en la ciudad de Guasave; asistía dos veces por semana. En esta escuela recibí apoyo en aprendizaje y terapia de lenguaje. A los cuatro años de edad entré a la escuela preescolar, cursé esta etapa de mi vida sin complicaciones graves. Seguí teniendo bajo peso y asistiendo a revisiones periódicas en oftalmología, cardiología y pediatría. A los seis años de edad entré a la escuela primaria “Lázaro Cárdenas”, donde cursé con dificultad el 1er año y por recomendaciones, me cambiaron a la escuela “Colosio Murrieta”, en donde cursé nuevamente el 1er año escolar  para reforzar la escritura y la lectura. Me integré a diversas actividades y recibía una buena atención de mi maestra. Fue en esta escuela en donde hice los 6 años de primaria. Cuando cumplí 7 años de edad, mis padres notaron que caminaba raro. El problema se hace más notorio a los 8 o 9 años de edad, ya que me caía muy seguido y fue a los 9 años de edad que me operaron de estrabismo de mi ojo izquierdo, para ayudar en el aspecto estético, ya que según el diagnostico médico en ese ojo no desarrollé la visión. Me hacen también nuevos estudios de sangre y canalizan mi caso al Hospital 20 de Noviembre en la ciudad de México, lugar en donde me hacen más estudios y se me diagnostica: distrofia de cintura escapular y pélvica.

Mis padres lograron llevarme al Shriners Hospitals for Children en los Ángeles E. U. A. en busca de otras opiniones médicas y el diagnóstico es el mismo. Mi enfermedad es progresiva y avanza muy rápido, a los 10 años de edad dejé de caminar y fui perdiendo poco a poco la fuerza en mis brazos. Ya no hice la secundaria.  No obstante empecé a tomar cursos de pintura, manualidades y decoración en la Asegurada de Ruíz Cortines en  Gve. Sin. Mis padres, solicitaron al CRIT de Guadalajara Jalisco, que me atendieran y fui atendida una semana cada tres meses por médicos, psicólogos, terapistas físicos, pulmonar, ocupacional, entre otros.  Atención que recibo desde los 11 años de edad a la fecha. Actualmente requiero ayuda para realizar mis necesidades básicas como: alimentación, vestido y mi aseo personal. En mi casa, me desplazo en una silla eléctrica; y para salir uso la silla de ruedas manual, siempre con la ayuda incondicional de mi familia. Empecé a asistir a clases de pintura en la Escuela Vocacional de Artes ubicada en la ciudad de los Mochis, Ahome, con la profra. Lidia de Jesús Cháidez, quien se acercó a nosotros un día que paseábamos por Los Mochis y amablemente me invitó a formar parte de su grupo. En este grupo tengo la oportunidad de interactuar con mis compañeros y al no poder mover mis brazos, utilizo mi boca para pintar, al igual que todos mis compañeros, ya que todas son personas impedidas del uso de sus manos. Todos aprendemos diversas técnicas de pintura. En marzo de 2012 fui aceptada como becaria de la Asociación de Pintores con la Boca y con el Pie, lo que me permite desarrollarme como artista y pertenecer a una familia de artistas internacional.

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